(fragmento del libro
Escribo lo que siento, lo que interpreto de las cosas, lo que ellas
producen en mí. La visión de cada cosa está teñida
por mis recuerdos, vivencias, fantasías, sueños amores
y pérdidas. Por eso no puedo escribir de la vida, de la muerte,
de los árboles o de la música. Escribo de mí
música, de mis árboles y de mis vidas, sólo puedo
escribir de ello. Sólo sé vivir cómo vivo y ver
como veo.
Por eso cada experiencia y cada visión son
únicas e irrepetibles.
Sólo vemos en espejo. Frente a la realidad, como en una pantalla,
reflejo mis pensamientos y veo lo que he
aprendido, lo que me han enseñado. Sin embargo, las cosas fueron
creadas sin ningún fin. Ni para ser juzgadas, separadas, codificadas
o entendidas… Somos parte de la creación. Detrás
de cada cosa creada hay amor, todo fue creado por amor. Los lirios
son bellos y no hacen nada.
Cuando niño jugaba como niño, de joven
soñaba como joven, de adulto pienso como adulto, pero ahora
que no
estoy, veo como son realmente las cosas. Sí, hay que callar
la mente y dejar que el alma y el corazón nos transporten y
nos lleven más allá de nuestra imagen. Somos ciegos,
nos movemos con nuestra propia imagen creyendo que ese es el mundo.